El principio de funcionamiento de los sensores de presión capacitivos se basa en la capacidad que tiene un condensador que varía según la aproximación a la superficie activa y para ello se suele componer de dos capas. Con un cuerpo base con membrana metálica con recubrimiento metálico que se encuentra en una de las placas del condensador, la que se deforma por la presión reduciendo la distancia con la otra placa con un aumento de capacidad, se lleva a cabo la medición de la presión. Los sensores de este tipo tienen una alta sensibilidad, así que se obtiene excelente precisión incluso en rangos muy bajos y su uso es seguro también contra sobrecarga.

Por otro lado, el funcionamiento de los sensores piezoeléctricos  de un transductor de presión se basa en los efectos que suceden en cristales no conductivos, como es el caso del cuarzo. Cuando los cristales se comprimen se presenta una polarización eléctrica en sus superficies eléctricas, que a través de la deslocalización genera un momento dipolar que se refleja en una carga de superficies. Esta intensidad de carga producida es proporcional a la fuerza que se emplea por la presión y puede ser captada y amplificada para medir presiones dinámicas.

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