La creciente demanda de productos y servicios nos ha obligado a desarrollar métodos de producción cada vez más especializados y controlados, en los que el error es casi impermisible. Tenemos que producir más productos, de mejor calidad y en un menor tiempo. Un pequeño error puede arruinar lotes enteros de mercancías y productos. Es por eso que en los procesos de producción actuales es muy importante preservar la temperatura de algunas de nuestras materias primas. No importa si es para su manipulación o para el almacenamiento, mantener temperaturas constantes en determinadas áreas es indispensable. Los hospitales, los invernaderos, farmacias, centros de recreación y las casas también requieren control de la temperatura.
Hemos modificado el clima de algunas zonas del planeta debido a nuestra intensa actividad industrial y extracción desmedida de materia prima, pero no hemos logrado manipularlo por completo hacia nuestros fines. En cambio, nos hemos dedicado a la elaboración de climas controlados en áreas específicas. Podemos manipular la presión, la humedad y la temperatura incluso imitando condiciones naturales. Con la manipulación de condiciones, se pueden incluso crear diamantes al someter carbono a altas temperaturas y presiones extremas. Las características del diamante van a depender de la precisión en el procedimiento de fabricación, incluso, algunos diamantes sintéticos pueden tener mejores características que los creados por la naturaleza.
Para asegurar que la temperatura usada durante cualquier proceso es la correcta, podemos apoyarnos en los sistemas de control. Estos sistemas nos permitirán programar las distintas temperaturas que tienen que existir en un espacio, así como monitorear sus cambios desde la comodidad de un equipo de cómputo o desde un teléfono móvil.
Los sistemas de medición y regulación de temperatura monitorean en todo momento por medio de sensores el entorno en el que se encuentran, de esta forma pueden apagarse, encenderse, añadir calor o frío según requiera cada situación en específico. Existen diferentes tipos de sensores y sus nombres normalmente se designan por una letra como: J, K, T, E, R, S; y los tipo RTD también llamados pt100, Pt200, Pt500 o Pt1000. Estos sensores se conectan mediante cables termopar al sistema de medición. Existen formas de obtener el registro constante de la actividad en la presión, voltaje, temperatura o humedad de un área determinada. Por su parte, las registradoras y los data logger se encargan de registrar en papel, almacenar en archivos digitales o de transmitir su información a través de la línea de internet.
Los sensores pt100 son los más usados en muchos tipos de industrias. Esto también ha contribuido a que el mercado se sature con sensores de pésima calidad, con una vida útil muy corta y que arrojan mediciones de temperaturas con muchos errores. Las siglas pt significan que está elaborado de platino, y el número cien nos indica que al encontrarse a 0° C tiene 100Ω de resistencia eléctrica que se elevarán mientras más aumente la temperatura. Es muy poco probable que al usar un sensor RTD, esté o no constituido por un bulbo, se obtengan mediciones erróneas, pues los sistemas de monitoreo están preparados para detectar cualquier falla en los sensores y reportar el error con tiempo para que el sensor sea sustituido.
Los sensores pt100 pueden trabajar en temperaturas que oscilan entre los -200° C e incluso soportar temperaturas de hasta 850° C, siempre y cuando hayan sido elaborados bajo todos los estándares de calidad y sean instalados con el cableado más adecuado a cada uso. La mayoría de los sensores de este tipo que se comercializan soportan temperaturas de -50° C hasta 500˚ C. debido a su manufactura con materiales económicos. Muchos sensores termopares son muy similares a los sensores RTD, pero la diferencia entre ambos radica en la precisión de los RTD sobre los termopares tradicionales. Aunque cada proceso necesitará un sensor en específico, el recubrimiento de cerámica o de vidrio de los sensores tipo pt, los hace más sensibles a daños y a la vibración. Incluso existen industrias como JM industrial que compactan sus sensores con polvo de óxido de magnesio para evitar que se mueva y hacerlo más duradero y estable.
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